martes, 1 de mayo de 2018

UNA TAREA CONCRETA.


 
 

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
San Marcos 10:45

 

 

N
uestro Líder y Maestro nos dejó ejemplo de cuál es nuestra misión en la Tierra. Él, Señor, Creador de todas las cosas, se puso al servicio del Hombre. Claramente lo demostró aquel día de su última cena pascual, cuando arrodillado a los pies de Sus discípulos, con una toalla y un lavatorio, procedió a lavar los pies de ellos, empolvados por el duro trabajo diario, el caminar en los senderos polvorientos de este mundo, cansados y sucios de pecado. Así están los pies de tanta gente, necesitada no de crítica ni regaños, sino de nuestra comprensión, ayuda, apoyo, en fin del amor del Maestro.  

Como “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir” así también nosotros, Sus seguidores, no hemos sido dejados aquí para que nos adulen, agradezcan, aplaudan y sirvan, sino para ser sus servidores, sus prójimos. La gente no requiere tantas palabras como hechos coherentes, actos de sincero amor, obras buenas, como escucharles, aceptarles, comprenderlos, entregarles alguna palabra de orientación o sencillamente sonreírles.  

Jesús entregó Su vida para rescatar a muchos. Esos “muchos” están esperando que usted y yo le mostremos y demostremos el amor de Dios.

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